Una buena secretaria debe ser acreedora de la máxima confianza. Su formación, solidez, discreción, carácter, personalidad... es clave para que exista una relación de confianza absoluta y sea copartícipe de las fortalezas y debilidades de la empresa. Su compromiso, fidelidad e identificación con la empresa y las personas que la dirigen debe ser total.
jueves, 16 de octubre de 2008
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